Digievolución (II)

Olvidaos de lo que dije hace tiempo sobre "cómo ser otaku a los 30". A los 40 has de evolucionar, de digievolucionar, y pasar a ser "japanófilo", que viste mucho más. Imprescindible dominar la obra de los Murakami escritores (Haruki y Ryu) y creador (Takashi), de Kore-eda (¿quién es el protagonista de Still Walking, que en realidad se llama Aruitemo, aruitemo? Pues Hiroshi Abe, copón... que a su vez es co-protagonisa en el dorama Shinzanmono con Meisa Kuroki, la chica L'Oreal japonesa, etc) o de Sakamoto-sama (si te preguntas de qué Sakamoto hablo, deja de leer, abre la ventana y tírate, por favor). Es todo eso y más: ya no es pedir sushi correctamente, es preguntar si el wasabi es artificial o si es mazuma wasabi (bueno, eso tiene trampa, ya que por el precio es inconfundible). Es defender en una discursión la nomenclatura japonesa de las islas Senkaku, comentando el artículo de Sánchez-Dragó sobre el tema, que será lo que sea, pero tiene razón cuando habla de que chinos y japoneses no tienen (casi) nada en común. Es todo eso y mucho más, lo que procuraré ir contando.

Princess of tennis

En duelo de veteranas, la tailandesa Tanasugan impidió a Kimiko Date-Krumm ser la campeona más vieja de un torneo de la WTA. A sus 40 años Date es una de esas viejas rockeras que ha ido y ha vuelto ya varias veces. De joven promesa a realidad del circuito, después su retiro en lo más alto de su carrera, y por último (de momento) su vuelta. ¿Quién dijo que la vida de una mujer se acababa al casarse? Que tomen notas algunas: la vida puede ser maravillosa, incluso a los 40.